Como una lluvia indiscriminada de meteoritos las noticias, rumores y datos golpean nuestras cabezas desde que amanecemos. Un diluvio universal de supuestos sucesos ajenos nos ahoga. Publicado o expandido por medios y redes llamamos a esto actualidad. La tal actualidad nos secuestra de nosotros mismos para cambiarnos el viaje interior por el incesante riego por aspersión de cuanto ocurre fuera de nosotros. Riguroso, manipulado, sesgado, banal, innecesario o profundo . Hay invariablemente sobre nuestras cabezas una polución de informaciones prescindibles que nos quitan la energía para buscar nuestro propio camino. Y el chimpancé que somos reacciona a ello.
Los sabios relativizan todo eso, saben que es repetido y cuestionable y guardan silencio. Los demás primates somos impelidos por tal conjura a gastar nuestras energías en la discusión de esa cortina de humo.
Nunca ha dejado de pasar lo mismo. Y lo de hoy es casi igual a lo de hace treinta siglos. Ahora con más altavoces. Sólo cambia el maquillaje.